Al principio, Purussaurus brasiliensis, siendo el cocodrilo más grande que jamás haya existido en nuestro planeta.
También conocido como el lagarto del río Purus, podría tener hasta 12 metros de largo.
El cocodrilo habitaba en la selva amazónica de América del Sur, y la mordedura sería más fuerte que la de un Tyrannosaurus Rex.
Este fue el fósil más completo de la especie jamás encontrado por el laboratorio de paleontología de la Universidad Federal de Acre (Ufac).
Entre las diversas curiosidades sobre este animal, según los estudios, el primer fósil de purussaurus fue encontrado en 1892 a orillas del río Purus.
El animal fue entregue al botánico Joao Barbosa Rodrigues, quien en ese momento era responsable del Museo Botánico de la Amazonía, siendo el primero en realizar la clasificación del animal.
Este río atraviesa Perú y los estados de Acre y Amazonas en Brasil.
Después de eso, en 2019, un niño de solo 11 años, llamado Robson Cavalcante encontró por casualidad un fósil a orillas del río Acre.
Este fósil era un pedazo de la mandíbula del Purussauro.
Un animal que podía alcanzar más de 12 metros de longitud, contenía una fuerza sorprendente en sus mandíbulas.
Con esto se convirtió en una de las mordeduras más devastadoras de todas, superando en 2 veces la del tiranosaurio Rex.
En promedio, el animal, para su historia histórica, necesitaba al menos 40 kilos de carne diaria debido a su gran tamaño.
Hasta el día de hoy, se realizan estudios y señalan que esta especie es un parentesco con el caimán – açu. Esa especie vive exclusivamente en América del Sur, y puede alcanzar sus seis metros de longitud.
Estos mismos estudios concluyeron que este reinado llegó a su fin poco después del surgimiento de los Andes, ya que generó grandes impactos en todo el continente.
En este sentido, provocando numerosos cambios, sobre todo en la región amazónica, haciendo así extinguir a este gran animal Purussauro.